confesiones

Madres de Uruguay: Nancy (Montevideo)

12 May 2017

“Mi mamá me enseñó el sentido y el objetivo del trabajo en la vida. Siempre admiré su capacidad de cuidar a nueve niños. En Tacuarembó la llamaban ‘La Lecherita’. Mi familia alquilaba un campito en las afueras de la ciudad y todos participábamos del trabajo de ordeñar las vacas. Me acuerdo que con cinco años ya acompañaba a mi madre en el carro a vender la leche. Siempre fuimos muy compinches. Ella era una mujer muy alegre y bondadosa, con un amor propio muy fuerte.

Tengo dos hijos y creo que cuando te convertís en mamá al principio no entendés del todo el regalo que te dio la vida. Yo enviudé muy joven, a los 26 años, y siento que no hay nada imposible cuando estás luchando por tus hijos. Toda madre es una leona para defender a sus críos.

Yo pinto, escribo, hago radio y disfruto absolutamente todo lo que hago. Creo que una de las mejores cosas de la vida es que cuando llegás a ser grande te volvés consciente de que tus necesidades son cada vez menores. Me considero una agradecida de la vida porque tuve la suerte de poder hacer sólo lo que me gustó en la vida. A los 15 años empecé a trabajar en radio. Cuando me vine a Montevideo de Tacuarembó vi que no iba a poder sobrevivir sólo con ese trabajo así que decidí empezar a hacer otras cosas.

En ese momento abrí mi puesto acá y hace treinta años que estoy en este lugar, ¡se puede decir que soy patrimonio histórico de la Ciudad Vieja! Nunca dejé de hacer radio y actualmente tengo un espacio en la 1.050 sobre flora, fauna, geografía e historia donde trabajo temas que me apasionan.

Soy descendiente de indígenas y mi objetivo es demostrar que no los mataron a todos, que hay un 31% de la población que es descendiente de indígenas y esa es parte de nuestra identidad. Siento que deberíamos sentirnos orgullosos de esa identidad que es una mezcla de todo.”