“Esto es ancestral de familia, hace 50 años que existen las pantuflas de cuero de oveja y duran mucho. A la gente le llama mucho la atención lo que hago.

Nací en Montevideo y ahora vivo en Maldonado. Era muy chica cuando empecé, mis padres antiguamente trabajaban en un taller que era grande, y yo de la escuela me iba para ahí y sin querer fui aprendiendo e incorporando los conocimientos aunque se fueron modificando las técnicas de realización a través del tiempo.

Un sueño que tengo es viajar, salir del país y conocer el mundo, podría vender en el exterior, aunque mis tíos, que también estaban en el oficio, lo intentaron y no tuvieron buen resultado. Yo creo que acá en Maldonado, sobre todo en verano con los turistas, la venta es buena y así nos vamos manejando”.