confesiones

Mujeres de Montevideo: Carolina y Jeny

30 Dec 2016

Mujeres de Montevideo | Ferpectas

“Somos amigas desde 1999, nos conocimos estudiando Ciencias de la comunicación. En los últimos tiempos nos juntamos mucho a hablar sobre temas que nos interesan a las dos por igual. Ambas estamos en un momento de nuestras vidas en el que queremos destruir todo para volverlo a construir, tanto en lo personal como laboral. Tratamos de empatizar una con la otra, acompañarnos en los cambios y darnos consejos.

Después de que pasas algunas crisis te empezás a hacer preguntas que te llevan a investigar, ¿por qué me pasa esto?, ¿por qué me siento así?, ¿por qué no estoy en pareja? Y en la investigación, cuando abrís la caja de pandora, te conocés más.

Por ejemplo, un tema recurrente es la familia, desde circunstancias que tienen que ver con plata, herencias, afectos, roles, entre otras cosas. Tenemos ciertas proyecciones que implican romper el paradigma familiar, por eso creemos que es muy importante comprenderlo, procesarlo, para luego poder avanzar. No queremos repeticiones, queremos transformar lo que nos han dado. Ojo, no queremos cambiar a los demás, queremos cambiar nosotras para tener una mejor convivencia con ellos. Si hay cosas que nos molestan, que nos enojan del núcleo familiar, tratamos de no culpar a nuestros padres, ellos son de otra época con otro tipo de conciencia. Entonces nos preguntamos, ¿qué hacer con eso?

Esto lo hablamos porque consideramos que la familia es esencial y amamos a las nuestras, más allá de que a veces te llevás mejor con uno que con otro. Lo sentimos, nos duele si nos peleamos o distanciamos. Por eso es importante sanar y no esperar a que algo trágico suceda para hacer el cambio. De todas formas, hay detonantes, porque si te sentís bien tal vez seguís como estás.

Todos los mensajes que fuiste recibiendo en los primeros años de vida son esenciales para la formación de la persona, no determinantes, pero sí nos condicionan. Quienes hayan sido tus guías en el periodo de desarrollo siempre te van a marcar. El tema es qué hacés con eso, si vas a culpar siempre al otro o hacerte cargo. Uno tiene que seguir adelante, pero tampoco dejar atrás lo que ya pasó, hay que mirar para atrás para tomar lo que sirve, para tomar impulso y no quedarse estancado. No se puede obviar, es parte de uno, venimos con una formación genética, física y emocional que se suma a las experiencias personales que se viven después.

Los temas pareja e hijos también son recurrentes en nuestras charlas. ¿Realmente los quiero tener o es algo cultural? En este caso tratamos de hacer oídos sordos a lo que dice la sociedad, porque si estás vulnerable cualquier comentario te puede hacer muy mal.

No estamos casadas, pero nos gustaría. De todas formas, cuando estás en un proceso de limpieza, de sanación, querés una pareja, pero tampoco aparece porque estas en ese proceso. Es una ambivalencia. Tu ego dice ‘quiero pareja, quiero pareja’, pero también hay otra parte más sabia que te dice ‘esperá un poquito que primero tenemos que resolver un par de asuntos para que llegue alguien’. Aunque también es cierto que si llega alguien en ese momento es porque tiene que formar parte de tu propio proceso.  Tampoco es que exista ese momento ‘ahora sí estoy impecable, que venga mi príncipe’.  

Lo importante es vivir un amor sano, no sólo desear estar con alguien porque ya tenemos determinada edad o porque nos sentimos presionadas para casarnos y tener hijos. Ni tampoco por no querer estar sola.

Nos damos cuenta de que actualmente las mujeres forman una familia a los veinte y pico, y cuando se acercan a los 30, ya empiezan a hacer otras cosas y esos planes se van corriendo para más adelante. Te ponés más exigente, te acostumbraste a estar sola y a ser independiente, entonces encontrar una pareja se vuelve cada vez más dificultoso.”