confesiones

Mujeres de Montevideo: Ana

28 Sep 2018

Desde pequeña mi mamá, que se dedica a las manualidades en el interior, me llevaba con ella a elegir telas. Siempre me gustó bordar y pintar. El interés por el arte se manifestaba a través de las flores y los bordados que hacía en mis prendas, también hice fajas y hasta llegué a intervenir suecos. Yo pensaba estudiar medicina, hasta que vine a Montevideo y aquí mi hermana fue quien me incentivó a estudiar diseño.

En 2009, ya luego de recibirme, comencé un negocio junto a una socia con mil dólares cada una. Ese era nuestro capital a invertir y claramente lo que no faltaban eran ganas de emprender. Dos años más tarde esa sociedad se disolvió y fue cuando comencé con Mandinga, la marca de ropa que tengo en la actualidad.

Un par de años después amplié la sucursal que teníamos, abrí una nueva y además nos expandimos a Salto. Mientras ibamos conquistando el interior, surgió Mandinga Outlet Studio y tuvimos presencia en locales multimarca.

En el 2014 ganamos el concurso Todo diseñador tiene un ángel, un programa de Itau y Moweek y en 2016 el concurso Diseñá, creá y despegá, otro programa de la Cámara de Diseño, Indian Emporium y Moweek.
Los objetivos fueron mutando a lo largo de este camino que logré junto a mi hermana. Siempre existen las ganas de crecer, creo que nuestro país limita mucho esas ganas, pero son tan fuertes que seguimos soñando. Queremos que nuestra identidad se propague y que la identificación persista. Que el arte que generamos en cada prenda junto a los procesos creativos siga encantando como hasta ahora.

Hoy mis objetivos son ser feliz con lo que amo hacer, simplemente eso. Creo que cuando uno se completa con lo que hace eso se traspasa y se transmite porque agregamos un sentido a lo que podría ser una simple prenda, es la energía que depositamos en ello.

Quiero que Mandinga se propague y perdure en el tiempo. Que pueda generar mensajes y que su producción también tenga fines sociales de algún modo y a futuro. Cuando me preguntan cómo hago para manejar mi vida como madre de familia y mi vida como emprendedora y empresaria, siempre contesto que la mujer todo lo puede.