Cuando comenzamos a armar un hogar, solemos poner el foco en los muebles. Sin embargo, la elección de los colores de los ambientes también es una decisión trascendental. ¿Por qué? Si optamos por una decoración simple, podemos conseguir un aspecto con gran estilo si los colores son acertados. Y, de la misma manera, podemos arruinar un ambiente decorado con mucho detalle, si no se elijen los colores adecuados.

 

La regla del 60-30-10

Esta regla de decoración en cuanto colores, no suele fallar y nos da la posibilidad de salir del blanco sin tener miedo de arruinarlo. ¿Cómo funciona? El 60 hace referencia al porcentaje del color predominante, el 30 al del color secundario y el 10 del color de acento.

 

Por lo tanto, esta regla deja entrever que, si el estilo decorativo lo permite, siempre se debe decorar teniendo como pilares sólo tres colores y cada uno en ese porcentaje, para que el ambiente tenga un aspecto equilibrado y armonioso.

 

 

La armonía

Ahora que sabemos que lo conveniente es decorar con tres colores y cada uno respetando un porcentaje determinado, el siguiente paso es descubrir cómo combinar los distintos colores para lograr ambientes cálidos.

 

Armonía por analogía

La primera opción, es escoger colores que generen armonía por analogía. Por ejemplo, el naranja es análogo del amarillo y del rojo. Por lo tanto, al elegir estos tres colores, se conseguirá una armonía visual en el espacio, consiguiendo así que los colores del ambiente combinen entre sí.

 

Armonía por contraste

Los colores contrastantes, en cambio, son aquellos que se encuentran justo en el lado opuesto de la gama cromática. Por ejemplo: violeta con amarillo. Esta alternativa, entonces, combina mejor con una decoración fuerte, siempre y cuando se cuide el detalle de que el contraste en el ambiente sea equilibrado.