confesiones

Mujeres de Montevideo: María

27 Sep 2023

“Cuando me casé me fui a vivir al campo. Ahí me encontré con un jardín muy en sus comienzos y me despertó el interés. Empecé a reproducir las plantas que iba consiguiendo. Eso me cautivó. Poco a poco me fui enamorando de esa labor y aunque ya tenía la licenciatura en comunicación, decidí estudiar para ser paisajista.

 

Para mí hay dos tipos de jardines muy valiosos, uno el de los horticultores, en general llenos de especies distintas, donde hay que trabajar muchísimo y ser muy conocedor de cada una de ellas. El segundo es el que diseñamos los paisajistas. Su diseño lleva más metodología y generalmente menos especies de plantas. Ambos son fruto de trabajo y conocimiento.

 

 Ser profesora es una pasión, porque significa transmitir mis  conocimientos sin reservas, dando todo para que otros lo tomen, me gusta por igual la teoría y dar clases y la práctica en jardines.

 

 Hoy en día trabajo independiente y sin duda la principal diferencia es la libertad que te da esta modalidad de trabajo. No por ello es menos sacrificado, a mí me gusta mucho trabajar en equipo, de hecho formé parte de una escuela de jardinería y fue muy enriquecedor.

 

Ahora volví a vivir a la capital en parte porque mis hijas estudian acá. Creo que en el interior se trabaja de forma más descontracturada, se corre menos, todo está muy cerca y la gente vive menos estresada y este rubro no es la excepción.

 

Siento que muchas veces tenemos más de una actividad o profesión que nos interesa, y hasta pueden ser bien diferentes. Pienso que todos tenemos más de un camino, pero hay que encontrarlo y ahí dar lo mejor porque eso siempre se refleja en la calidad de nuestro trabajo.”