“Hace cinco años me encontraba trabajando en una empresa como dependiente, pero quería un cambio para poder manejar mi tiempo y tener más libertad. Llevaba dos años casada y ya estaba pensando en quedar embarazada y no quería estar ocho horas afuera de casa. Además, mis compañeras de trabajo eran casi todas mujeres y veía lo difícil que se les hacía a algunas lidiar con los hijos, la logística de niñeras, cadenas de colegios, entre otros temas. Fue entonces que una amiga estaba haciendo manualidades para vender y así me di cuenta que por ahí podría ir mi camino laboral. Me uní con ella y empezamos a hacer de todo en decoración, como marcos para fotos y bancos pintados.

 

Luego realicé un curso de manualidades y comencé a hacer pátina de muebles junto con mi amiga. Armamos una marca y recuerdo que vendíamos por redes sociales y alquilábamos un espacio en una casa multimarca. Luego de esa etapa decidí crear mi propia marca: Boem.

 

Boem ofrece productos originales de decoración utilizando para la mayoría de sus creaciones, madera, lana, cuero y fibras naturales. El objetivo es brindar calidez a cualquier ambiente priorizando el uso de materiales naturales. Ahora también vendemos túnicas para la playa, vestidos, botas y pantuflas hechas de lana natural.

 

Me acuerdo la primera feria en la que estuve, fue hace dos años en Kibon. La recuerdo porque había muchísima gente y ahí descubrí la satisfacción que se siente por vender algo que una misma pensó, diseñó y creó. De esa experiencia no me olvido más.

 

Siempre quise tener mi propio emprendimiento y ahora que lo tengo me parece que encontré un equilibrio entre la vida familiar y mi trabajo.

 

Boem está presente en Instagram y Facebook. Por ahora las redes sociales son mi vidriera y por ahí coordino los envíos. Me gustaría seguir creciendo, agregando productos nuevos y el día de mañana tener un local donde pueda exhibir mis cosas para que lo visite mucha gente más”.