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Día Internacional de la Mujer: la historia de BELELA

07 Mar 2018

Sobre lo que hablabas de los temas que a ti siempre te interesaron, ¿qué fue lo que te impulsó a que te interesaran?

Bueno, mi trabajo anterior, de formación profesional trabajé para refugiados durante 17 años en varios países del mundo, de modo que cuando sucedió este arribo de estos seis ex prisioneros de Guantánamo que estuvieron en las condiciones que todos conocemos me muevo yo mucho con ellos. Y ahora me dan mucha pena, mucho dolor que estas personas que hace tres años están acá, no han podido todavía conseguir un trabajo estable. Han aprendido, además del idioma de ellos, hablan muy bien español, inglés, alguno habla hasta chino y no puedo entender cómo la sociedad nuestra no acoge a algunos de ellos para trabajar en lo que están preparados.

Últimamente ha sido homenajeada como ciudadana ilustre…

Sí, pero eso ya pasó. A mí esas cosas no me gusta hablar. No me gusta, me parece que uno ha hecho lo que se le ha presentado en la vida y el problema es que lo tenés cerca y tratás de solucionarlo. Uno no puede solucionar todos los problemas del mundo, más que está limitada y con muchos años, todo eso dificultad, pero si uno puede seguir con la llamita de hacer algo por los demás, eso es lo que a uno lo motiva.

En este caso especial de los ex presos de Guantánamo ¿sos tú sola que intentás ayudarlos?

No, absolutamente. Por suerte ahora el gobierno está muy involucrado, tratando también y yo soy cristiana y pienso que las iglesias y el pedido del Papa que ha hecho tanto hincapié en que se ayude a los refugiados.

Yendo más a lo que ha sido tu trabajo en toda tu vida…

Sí, bueno. Ahora estoy muy metida en el tema del voto de los uruguayos en el exterior. Creo que es absolutamente un tema pendiente en nuestra democracia y que está además muy bien fundamentado con la Institución Nacional de Derechos Humanos. No solo por la Institución que es nuestra máximo organismo de derechos humanos del país, sino por el Instituto Interamericano de Derechos Humanos que sesionó acá el año pasado, ustedes saben, hay un llamado al gobierno a que vea cómo se soluciona ese problema porque estamos omitiendo un derecho. 

En toda esta lucha por los Derechos Humanos que llevaste a cabo en tu vida, ¿quién te ayudó a llevarla adelante?

La gente. El prójimo. Si uno golpea puertas, finalmente lográs obtener algo. Y no podemos arreglar la vida de todo el mundo, pero en el caso que se presenta frente a ti, darle una solución. Si no podés, paciencia. Pero lo hiciste, golpeaste la puerta que tenías que golpear.

¿Tuviste algún momento que te pusieran en el límite de abandonar eso? Algún caso especial que hayas decidido abandonar…

Seguramente en algún momento de mi vida me he dado contra la pared, he tenido que abandonar. Pero generalmente soy bastante obcecada y sigo y sigo hasta que veo si puedo, finalmente, conseguir algo. En este caso voy a seguir. Ya dije que no me quiero morir hasta ver que los uruguayos puedan votar en el exterior. Puedan venir para votar.

¿Cuál fue tu mayor logro o experiencia más rica en esto de los derechos humanos?

Bueno, he tenido muchos. Cuando uno se empeña con una causa, esa causa resulta yes muy satisfactorio. Pero no es para quedarse toda la vida diciendo ‘qué maravilla’. Sino que se dio porque se dio, porque pusimos el empeño y las circunstancias se dieron y por las personas que ayudaron también. No olvidemos que siempre dependemos del prójimo y si al prójimo lo sensibilizamos, lo hacemos parte de lo que queremos, ahí entonces logramos lo que quisimos obtener.

¿Tenés ganas de contar alguna anécdota particular de alguna experiencia que te haya marcado con la ayuda?

Me han marcado muchas, porque cuando me encuentro con alguna persona, me dice ‘tú me salvaste la vida’. Yo no le salvé la vida, pero pude usar un mecanismo que me permitió tanto el organismo donde trabajaba –que era el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados- que además el mandato era muy estricto, pero uno cuando quiere, estira el mandato un poco, se sale un poco y pone de sí mucho empeño para que eso resulte. Si uno tiene absolutamente una regla fija, es muy difícil. Yo estaba viviendo en Chile y para mí los chilenos eran parte de mi vida, entonces yo no podía dejar de ayudar a un chileno porque no era refugiado o porque era chileno en su país, entonces trataba de buscar las formas posibles para poderlo ayudar. Eso como ejemplo, uno estira los mandatos.

¿Cómo te sentís hoy después de haber hecho todo eso?

Me siento como persona que sigue viviendo, a pesar de que tengo el dolor en el alma de haber perdido a una hija el año pasado y eso. Tengo 12 nietos y tengo ahora 4 hijos y ahí está la foto de mi hija y le hablo siempre. Está conmigo. Hay cosas que son normales, que se vayan los padres, son viejos. Pero perder un hijo o una hija es muy duro, es terrible. Por eso me embarco seguido. Me embarco no, he seguido las tareas que me han motivado. Hay otras muchas también porque me interesa muchísimo la política exterior, mucho. Cuando uno está viendo el mundo desde un lugar y sabiendo todas las formas que se pueden manejar para poder tener un criterio sobre alguna situación que está pasando en el mundo, uno se tiene que formar y tener los estatutos y reglamentos y los acuerdos que hay y que ha realizado el país que es uno de los países que ha realizado más acuerdos. 

 ¿Cuál es el granito de arena que crees que dejás tú a la comunidad de mujeres uruguayas?

Es muy poquito, porque soy una entre miles. El movimiento está muy fuerte, por suerte, y lo que es inadmisible es la violencia contra la mujer y los asesinatos que ha habido en este último tiempo y que realmente son, no se pude creer. Se siguen sumando año a año y no podemos bajar la cifra y es vergonzoso que no haya un freno a pesar de las medidas que se están tomando, porque no somos bestias. Vivimos en un mundo y tratamos de ser, entonces la enseñanza de derechos humanos desde que nace la criatura me parece fundamental.

¿Qué mensaje te gustaría darles a las mujeres uruguayas?

Que sigamos la lucha por la reivindicación de la mujer. Que apoyo de todo corazón, con todas mis fuerzas el movimiento. Que a veces no puedo estar físicamente por mis limitaciones, pero que sé que es lo que hay que hacer para concientizar y la sociedad que seamos una sociedad que respete íntegramente los derechos de las mujeres. Con todo mi corazón me voy a acompañar todas las reivindicaciones que están haciendo y que merecen todo el apoyo. 

¿Seguiste en contacto con alguna de estas personas que ayudaste?

Sí, sigo en contacto. Claro. A veces me encuentro en la calle o en alguna reunión y me dicen ‘tú me salvaste la vida por tal cosa’. Pero yo ni sé, hay cosas que uno ni se acuerda y que hacía normalmente. Una persona venía y me decía ‘por favor, méteme en una embajada porque esta noche me desaparecen’. Y la palabra desaparecido no la conocíamos antes. La conocí por una mujer que apareció en la oficina diciendo que su hijo que había llegado a Chile en tal fecha, no estaba. Era brasileño. Él sigue desaparecido.