cultura

…y un día me enamore de una mujer, por Belu Mare

15 Nov 2017

Esta es una historia de alguien que se animó a abrirse conmigo contándome una experiencia que le puede pasar a cualquiera de nosotros. Me gusta poder compartirles cosas así, cosas diferentes a mi experiencia que ya la saben de memoria. En fin, no sigo escribiendo, se entendió. A continuación les dejo esta historia, este cuento, esta experiencia.

Seis años de novia y jamás me sentí cómoda. Desde el principio hasta el final. Estuve tres años con un chico y después otros tres años con otro. No alcance la felicidad en ningún momento. Estaba ahí, dejando todo pasar, pero no me sentía plena. Y no solo hablemos de sentimientos, no nos olvidemos de la parte sexual. Por ellos tampoco me sentía bien. Ellos estaban perdiendo el tiempo, los quería pero me sentía egoísta y mala persona. Es una situación bastante difícil.

Yo pensaba  que había nacido para estar sola, otra explicación no se me ocurría. Pero no quería estar sola. Siempre terminaba lastimando a quienes estaban a mi lado. No llegaba a enamorarme, estaba siempre a la espera de esa sensación. Uno a veces se queda en la zona de confort, ¿no?

Mi última relación (la otra de 3 años como les dije arriba) para los ojos de la gente era perfecta, estable, de esas que no se terminan. Pero bueno, otra vez termine algo que no me llenaba. Esa persona me daba todo, pero ese todo no era lo que yo estaba buscando. Capaz que no eran las personas correctas, pensaba yo.

Yo venía pensando en la posibilidad de estar con una mujer. Pero realmente venia pensando, no algo que haría borracha en un boliche. ¿Y si era ese el cambio que tenía que hacer? ¿Porqué no? Hace 6 años de mi vida vengo probando con hombres y no me mueven nada, no puede ser que además estas dos personas tengan la culpa. Eso no es una opción.

Un mes me llevo escribirle a una chica que me parecía espectacular. Costó pero no tenía nada que perder. Yo quería tener esa primera experiencia y tenía que ser perfecta. Le empecé a escribir, hablamos, pero me llevo un par de semanas encontrarme con ella. ¿Pero porqué?  Por inseguridad. La verdad que no sabía si estaba bien lo que estaba a punto de hacer. No estaba segura si me iba a gustar.

Un día le escribí segura y era ese el momento, no podía ser otro. Me invitó a su casa a tomar algo. Fui. En el camino no daba más de los nervios, claramente el alcohol fue ayuda jaja. Pero cuando llegue pasó algo increíble: todo ese miedo se fue. Así, de la nada, se fue.

Hablamos y hablamos toda la noche y empecé a sentir cosas en un minuto que seguro no sentí antes ni en un año. Llego la parte del beso. Se supone que nunca nos olvidamos de la primera vez que nos damos un beso, créanme que yo nunca me voy a olvidar de mi primer beso con esta mujer.

No me interesa comprobar si solo me gustan las mujeres, si soy bisexual, si más adelante estaría con otra mujer, nada de eso me importa. No es una prueba, nunca en mi cabeza fue una etapa ni mucho menos una respuesta a todo lo que me estaba pasando.

Lo importante acá es que me enamoré, me enamoré de ella y que encontré ser feliz con esa persona ¡y no saben lo fácil que fue! Eso de los prejuicios y tener miedo del que dirán por estar con otra chica no me importó, nunca me escondí, nunca lo escondí, al revés, quería que todo el mundo me viera con ella y que vieran lo feliz que estaba ahora. Porque sí, ahora sé lo que es ser feliz, ser feliz con alguien al lado. Ahora si se lo que es eso de estar enamorada, de sentir eso por alguien. El saber que ahora puedo ser yo la que salga lastimada. Me abrí y deje entrar todo eso que me estaban dando que antes no había dejado entrar.

Lo más lindo fue ver que nada en mi entorno cambió. Ni mi familia, ni mis amigos ni mi trabajo. Muchas veces la cabeza de uno se frena por miedos, pero no hay que tenerle miedo a nada y mucho menos a hacer y conocer lo que a uno lo puede hacer feliz.

No tengo más nada que decirles después de este ‘testimonio’.

Aplausos. Nos vemos en la próxima entrada.