cultura

UN AÑO MÁS DE LLUVIA, VIENTO Y SOL, POR LAU ALMEIDA

21 Dec 2018

Feliz vuelta al sol número 32 para miiiiii. Este año aprendí a agradecer un plato de comida, una cama con sábanas sin pelotitas y una ducha calentita. Aprendí a vivir con una valija y darme cuenta que no es necesario más y que un abrazo, un perro fiel, una familia sostenedora y unos amigos de fierro es TODO. Me di cuenta que aferrarse a la ilusión lo único que genera es más dolor. Me di cuenta cómo el miedo y la voz horripiliante de mi ego me tomaron por completo cuando perdí el faro en mi vida: esa voz que te dice que no te vas a volver a levantar y que te vas a quedar sola. Atravesé el dolor por soltar todo lo que creía era lo mejor para mí y poco a poco me entregué a confiar en que el universo y mi espíritu me deparaban algo más hermoso. Pedí ayuda terapéutica porque es de valientes rendirnos ante nuestra vulnerabilidad. Tuve mi primer ataque de pánico cuando me separé de mi ex pareja hasta que el tiempo me hizo darme cuenta que fue lo mejor. Entendí que no soy la carrera que estudié a los 18, ni los amigos que elegí cuando tenía 4. Que nos enseñaron mucha bouldez en el colegio pero no a conocernos a nosotros mismos, ni que el amor empieza por uno. Aprendí que mi luna en Leo es la que me hace tan orgullosa y controladora pero también me da la fuerza y el corazón para construir mi vida desde el amor. Aprendí que mi ascendente en libra es el que me hace tan coqueta y me dio ese don para los vínculos y la comunicación. Aprendí que el exceso de positivismo sagitariano me puede jugar una mala pasada pero es el que me impulsa a tirarme a la piscina, expandirme sin miedos y transformar el dolor en amor. También que tener a venus, mercurio y plutón en escorpio explica mi intensidad emocional, mi tendencia a urgar en el inconsciente y a transformarme como el ave fénix. Volver a la casa de mi mamá laura y mi abuela laura fue similar a volver al útero y me hizo consciente de que habían cosas no resueltas por sanar. Entendí que de la muerte nace la vida y que del duelo de RAMONA se gestó m’hijito varón corazón del sur quién me hizo mamá por segunda vez. Empecé a estudiar la formación en astrología, tarot y mi árbol genealógico, pero me di cuenta que era demasiado junto y al árbol lo solté. Con él me hice consciente que nací el día que falleció mi bisabuelo materno y que en mi inconsciente tengo programas heredados que aún no me animé desprogramar por fidelidad al clan. Aprendí a callarme un par de veces aunque me faltan muchas más y quiero aprender a respirar más profundo y a tomar más agua para aquietar tanto fuego. Confirmé que amo estar colgada de una tela pero que me gustaría comprometerme más con mi practica de yoga y con la alimentación. Me di cuenta que está bien decir que no y que el límite es amor. Con el cuerpo en movimiento descubrí toda la información que se encuentra allí contenida y que aunque suene cliché todas las respuestas están en nuestro interior. Hice 4 mudanzas, me metí adentro de un temazcal, hice una ceremonia de cacao, viajé a portugal por 5 días todo pago regalo del gran espíritu y me fui de viaje con una amiga de toda la vida a Brasil, a relajar después de meses tan movidos. Hacer la plancha, tomar coco, nadar con tortugas y peces de colores me hizo tanto bien, así como compartir y contagiarme de la alegre energía brasilera. Poco a poco todo se empezó a estabilizar, volví a sonreír, a bailar, a cantar, y a sentir que la vida es hermosa pero ya siendo consciente que las elecciones en tierra tienen consecuencias, que todos somos seres de luz pero que hay mucho lobo disfrazado de caperucita roja, lo cual me enseñó a estar más atenta, siendo cuidadosa de a a quién le entrego mi corazón. Hoy me siento feliz, emocionada & agradecida de haber llegado hasta acá, sintiendo que éste es el principio de una nueva era en mi vida.  Al fin se hizo la luz! Agradecida del regalo que me estoy haciendo de conocerme cada día más e intentar ser una mejor persona. Agradecida de todas las personas que me rodean, me dan su amor, que creen en mí y algo que aprendí este año es a yo también elegirme, a abrazarme fuerte, a acariciarme y ante cualquier adversidad igual confiar en mí, confiar en la vida y en mi corazón.