cultura

Reseña crítica de El guardián entre el centeno

11 Aug 2017

Emprender la lectura de esta novela teniendo presente la valoración que tiene en el mundo de la literatura, conduce al lector por un camino de engaño. Se piensa que, el simple hecho de no agradar una obra calificada como excelente, descalifica al lector automáticamente como buenos catadores de literatura. Es decir, la novela tiene que gustar si o sí. El Guardián entre en el centeno de J. D Salinger es de este tipo de libros. Al tener tanto prestigio y ser un gran clásico, el lector se enfrenta a él con una gran expectativa pensando que responderá a ella y no lo hace. Se siente obligado a que el libro le guste porque es aclamado y significativo en la historia de la literatura. Pero el caso de esta novela es clarísimo: su título está sobrevaluado.

La trama gira alrededor de Holden Caulfield, un joven que es expulsado de la escuela por su bajo rendimiento. A partir de esto decide irse a Nueva York donde comenzará a vivir una serie de sucesos mientras evita que sus padres se enteren de la expulsión. Mediante una confesión sincera, Holden nos desvela la realidad de un muchacho enfrentado al fracaso escolar, a las rígidas normas de una familia tradicional, y a la experiencia de la sexualidad más allá del mero deseo. Un joven que nada le gusta y todo lo aborrece. La trama no es más que eso. Simple, insulsa y aburrida.

Pero no por tener una trama desabrida significa que la novela este mal escrita. Una cosa no quita la otra. Narrada en primera persona con un tono sarcástico y arísco, J. D Salinger se las ingenió para presentar esta trama de una manera original. Esta virtud es lo que logra elevar a la novela a la categoría de grandes clásicos y dejar al autor bien parado. En más de una ocasión el lector se enfrenta con las ganas de abofetear al protagonista. Con una absoluta incapacidad para exponer sus ideas de forma ordenada, muestra un desprecio hacia el sistema y hacia algunas conductas humanas que, con el paso del tiempo, las termina imitando. No debe parecer desconcertante odiar al personaje antes de la mitad de la novela, porque es algo normal y propio de un libro que no tiene más que una apariencia que esconde lo que realmente es.

El guardián entre el centeno es una novela que trata temas diversos a través de los pensamientos de Holden, que tiene una capacidad para señalar las cualidades como la hipocresía, el narcisismo o la falsedad. Presenta una buena estructura y el autor la hace llevadera. Pero a pesar de esto no colma las expectativas que tanto promete. El lector no se puede dar el lujo de manifestar su descontento. Si lo hace quedará expuesto a que lo señalen con el dedo por no agradarle un libro que representa un clásico de la literatura. La culpa de todo esto lo tiene la sobrevaloración que se le dio.