¿Hay algo más veraniego que la pizza casera? Para mi, siempre ha sido un planazo juntarme con amigos y hacer pizzas. Las de mi papá son las más ricas de todas. Él las hace en su horno de pan, y ese gustito ahumado me puede. Pero esta receta también funciona para parrilla, inclusive para horno convencional. Pero si tienen la posibilidad, no dejen de probarlas hechas así, a fuego. Quedan crocantes. La clave es estirarlas a mano (en lo posible) y finitas. Si tuviesen masa madre, están del otro lado. En vez de levadura comprada, usan el equivalente en masa madre y mueren de lo ricas que quedan.

Va receta:

1/2 kg de harina

10 gr de sal fina

30 gr de levadura fresca

4 cdas de aceite

1 cda de azúcar

300 ml de agua tibia

Formar una corona amplia con la harina. Dentro, poner la levadura desmenuzada, el azúcar, un poco del agua tibia y el aceite. Disolver el azúcar y la levadura. Por fuera de la corona colocar la sal. Echar toda el agua en el centro y comenzar a mezclar con la harina, poco a poco, sin que se rompa la corona. Incorporar toda la harina y la sal y amasar hasta obtener una masa fina, pareja y sedosa. Formar un bollo y aplastarlo un poco. Mojar con una gota de aceite de oliva y pintar toda la superficie del bollo. Tapar con un trapo limpio o una bolsa de nylon rota (que haga contacto con la masa)

Dejar leudar el doble de volumen y luego, pasado el tiempo, dividir en cuatro porciones y estirar con la mano y los dedos. NO USAR PALOTE. Dejarla fina y pintar apenas con salsa. Pre cocinar en parrilla o en el horno. Luego, poner salsa de tomates con ganas (a gusto) y mozzarella rallada. Volver al fuego hasta que se derrita el queso.

Jugar con los sabores y combinaciones.

Porcionar sobre una tabla y consumir inmediatamente.