cultura

Mujeres que corren con los lobos, por Lau Almeida

10 Feb 2021

“Mujeres que corren con los lobos” se ha convertido con el tiempo en uno de mis libros preferidos. Es un libro que tiene la capacidad de mirar dentro de las mujeres, desordenarnos, cuestionarnos y asustarnos, con el fin de darnos cuenta de lo que somos en realidad.

Es un libro que llega en el momento adecuado… cuántas mujeres empezaron a leerlo y lo dejaron, incluyéndome. En mi opinión, es un libro en el que es difícil de entrar, por el vocabulario, por la simbología, las metáforas… pero sobre todo por su crudeza. La crudeza en sus cuentos que, en un gesto inconsciente, nos hace alejar la cara del libro y fruncir el ceño, pero que nos acerca después con más intensidad, cuando Clarissa Pinkola Estés nos explica el significado de cada uno de los elementos de la historia y su relación con el interior de las mujeres, de su lado más auténtico y salvaje.

Hace 2 meses me separé y “de casualidad”, a pocos días de mudarme, empecé a leer “la Mujer Esqueleto” que se convirtió en mi historia preferida de lo que vengo leyendo del libro. Me gusta a veces usar los libros en modalidad de oráculo, abrir en una página x y empezar a leer. Y así fue cómo empecé a leer esta atrapante historia! Ojalá sea tan inspiradora y esperanzadora como para mí.

La historia de la Mujer Esqueleto (Leyenda Innuit) 

 Cuenta la leyenda, que una mujer de una tribu fue arrojada por su padre al río por haberlo desobedecido. Ella no murió y permaneció en las profundidades del mar como una zombie. 

 Tiempo después aparece en escena un humilde pescador, el cual navega por el río a diario para pescar alimento. Un día en plena navegación, nota que el anzuelo fue atrapado por algo muy grande! Lo cual además de ponerlo muy feliz, lo ilusionó con que no tendría que volver a pescar por un par de días. 

 Cuando el pescador se dio cuenta que lo que había pescado era el esqueleto de una mujer, soltó todo y salió corriendo despavorido. Pero la Mujer Esqueleto lo siguió hasta su refugio, su casa de hielo…..El pescador entró allí con la esperanza de no volver a ver más a la mujer, pero una vez encendió el fuego, allí estaba ella: llena de caracoles, algas, musgos, corales, huesos rotos, fea, con todo su cuerpo enredado, esperando ser ayudada. 

 Después de unos minutos, el pescador le empezó a tomar cariño a la Mujer Esqueleto y comenzó a ayudarla, a desenredarla, a limpiarla……la acercó al fuego y le dio de comer. 

 El pescador se acurrucó junto al fuego, se tapó con sus pieles y se quedó dormido, agotado por la experiencia que acababa de vivir. Entre sueños se le cayó una lágrima, la cual la Mujer Esqueleto sedienta decidió beber; y a la hora de hacerlo, le arrancó su corazón. 

 De esta forma cada parte de su cuerpo volvió a regenerarse. Le devolvió el corazón y lo abrazó con un calor nuevo y feliz, de mujer. Se reposó desnuda sobre el cuerpo del pescador; y desde esa noche nunca más se separaron. 

 El pescador tiene el perfil de cazador, quiere pescar algo que le de alimento por muchos días, un amor que le haga pasar varias noches. Todos somos como el pescador: soñamos con una presa grande, con la comodidad de no tener que andar por ahí mendigando el sustento diario, pero cuando la encontramos, cuando hallamos el Amor, cuando hallamos a la Mujer Esqueleto, a esa fuerza que nos trasciende y es mas poderosa que nosotros, nunca es como lo imaginamos. Siempre es más poderosa y más horrible, y más temible… y siempre, de una u otra manera, nos conmociona, quizá hasta nos espante.

 Navegar las aguas profundas de la Mujer Esqueleto no es tarea fácil y seguramente el pescador no esté preparado para enfrentar a la naturaleza de la Vida/Muerte/Vida. Siempre que comienza una nueva vida, se presenta la reina de la muerte. Una parte de todas las mujeres y de todos los hombres se niega a saber que en todas las relaciones amorosas la muerte también tiene que intervenir.

 ¿Qué es lo que muere? La ilusión, las expectativas, el ansia de tenerlo todo, de querer tan sólo lo bello, todo muere. Puesto que el amor siempre da lugar a un descenso a la naturaleza de la muerte y se comprende por qué razón es necesario tanto dominio sobre uno mismo y tanta fuerza espiritual para entregarse a ese compromiso. Cuando uno se compromete con el amor, se compromete con la esencia de la Mujer Esqueleto y de todas sus enseñanzas.

 Nunca estamos preparados para eso que, paradójicamente, salimos a pescar desde el principio. La primera reacción es de temor, la segunda, sentirnos perseguidos. Eso mismo que pescamos parece corrernos, atraparnos; amenaza con hacernos daño. Corremos hacia la cucha, hacia la tibieza del antes, a ver si ahí todo vuelve a la normalidad. Error: quedamos atados para siempre en un loop de cazadores cazados.

 Es interesante ver la naturaleza de la Muerte/Vida/Muerte y de todos las etapas del amor. El comienzo idílico, la búsqueda del placer constante, las tormentas y las transformaciones o resurrecciones luego de trascender esas tormentas. De permanecer a pesar de la crisis, de darnos cuenta cómo en relación conocemos toda la luz y toda la sombra del otro, pero sobre todo de uno mismo. Como “el otro” funciona de espejo. Luego de desenredar los nudos de la Mujer Esqueleto, viene la compasión y la unión de los corazones en cuerpo & alma.

 “Para amar el placer se requiere de muy poco. Para amar verdaderamente se requiere de un héroe que pueda manejar su propio miedo.”

 Muchas veces las relaciones fallan cuando pasan de la fase de anticipación a la fase de enfrentamiento, cuando se enfrentan con lo que realmente hay en el extremo del anzuelo. La Mujer Esqueleto que habita bajo el agua representa una profunda vida instintiva que se conoce de memoria la creación de la vida y la creación de la muerte. Si los amantes insisten en llevar una vida de forzada alegría, arrojarán por el acantilado a la naturaleza de la Vida/Muerte/Vida y ésta se volverá a ahogar en el mar. La tiramos por el acantilado cuando no aprendemos bien el uso de los ciclos de transformación: cuando las cosas tienen que morir y ser sustituidas por otras. Si los amantes no pueden soportar estos procesos de la Vida/Muerte/Vida tampoco se pueden amar el uno al otro más allá de las aspiraciones hormonales.

 Obligar al amor a vivir sólo en su forma más positiva es la causa de que, al final, el amor muera definitivamente. 

 El fenómeno que se produce cuando dos personas se enamoran es el siguiente: extrema felicidad por haber encontrado a alguien, danzan hasta que se dan cuenta que lo que está en el anzuelo es una mujer calva con dientes amarillos. Parece espantoso y, sin embargo, es el momento privilegiado en que existe una auténtica oportunidad de dar muestras de valentía y conocer el AMOR. Amar significa permanecer al lado de alguien. Significa salir del mundo de fantasía y entrar en un mundo en el que es posible el amor duradero, cara a cara, hueso a hueso, un amor hecho de afecto. Amar significa quedarse cuando todas las células gritan: CORRÉEEEEE

Cuando los amantes son capaces de soportar la naturaleza de la Vida/Muerte/Vida y de entenderla como una continuidad, como una noche entre 2 días, y como la fuerza capaz de crear un amor para toda la vida, pueden enfrentarse con la presencia de la Mujer Esqueleto en su relación. Entonces se fortalecen juntos y ambos se sienten llamados a una comprensión más profunda de los 2 mundos en los que viven, el mundo material y el mundo del espíritu.

 Clarissa Pinkola cuenta que en sus treintaytantos años como terapeuta Jungiana, han pasado por su sofá varias parejas contando que al principio todo iba divino, pero que después vislumbraron una calva calavera debajo de las olas de la pasión. Y ahora qué? Ella trata siempre de convencerlos de que es un momento mágico, pero no logra tranquilizarlos. Ve como la barca de la relación se va alejando cada vez más rápido, llega a la orilla y sus ocupantes echan a correr uno para un lado y el otro en dirección opuesta, porque la Mujer Esqueleto viene detrás.

 La mayoría de la gente corre cuando se enfrenta por primera vez con la Mujer Esqueleto. Correr forma parte del proceso, hacerlo es humano, pero no durante mucho tiempo y no para siempre.

 La naturaleza de la muerte tiende a aparecer cuando creímos haber encontrado al amor para toda la vida. Algunos cometen el error de pensar que escapan corriendo de la relación con su pareja, pero no es así. No se escapan del amor ni de las presiones de la relación. Intentan dejar atrás la misteriosa fuerza de la Muerte/Vida/Muerte que simboliza “temor a la intimidad, temor al compromiso”.

Cuando el pescador pesca al pez gordo, piensa que ganó un gran trofeo y cuando se da cuenta que es la Mujer Esqueleto, sale corriendo y ella va atrás persiguiéndolo. Huir no sirve de nada, al final, todos tenemos que besar a la vieja bruja. Es la maestra que siempre habíamos afirmado querer y cuando aparece queremos otra. 

 Hay un dicho según el cual, cuando el alumno está preparado, aparece la profesora. Quiere decir que la maestra interior aflora a la superficie cuando el alma, no el ego, está preparada. La maestra se presenta siempre que el alma la llama……menos mal, ya que el ego nunca está del todo preparado. Si la aparición de la maestra dependiera exclusivamente del ego, nos quedaríamos toda la vida sin maestra

 Todos los “necesito tiempo” son comprensibles, pero sólo durante un breve período. La verdad es que la gente nunca está verdaderamente preparada y nunca es el momento adecuado. Tal como ocurre con todos los descensos al inconsciente, llega un momento que uno se limita a confiar en la suerte, se tapa la nariz y se lanza al abismo. He aquí la Heroína, Héroe o Valentía. 

 Si se retrasa, la Mujer Esqueleto se sumerge en el agua, pero volverá a salir una y otra vez y seguirá persiguiendonos una y otra vez. Ésta es su misión. Y nuestra misión es aprender. Si uno quiere amar, no hay más remedio que abrazar a la Mujer Esqueleto. Muchas personas logran la fuga, por desgracia algunas la alcanzan una y otra vez. Hay rastros de los que entran una y otra vez a la casa de hielo :/

 Los que quieren amar de verdad emulan al pescador. Se esfuerzan en encender el fuego y en enfrentarse con la naturaleza de la Vida/Muerte/Vida, con la Mujer Esqueleto.

 El cuento de la Mujer Esqueleto contiene un “test del pretendiente” En este test se pone a prueba las agallas del pretendiente y se pone a prueba las intenciones del pretendiente. El pescador demuestra sus legítimas intenciones, sus aptitudes y su compromiso de desenredarla. Al principio huyó de ella y luego su sola existencia le conmueve el corazón. Si queremos amar, tenemos que estar dispuestos a tocar lo que no es bonito.

 “Tres cosas distinguen el vivir del alma del vivir del ego y son: la capacidad de percibir y aprender nuevas maneras de hacer las cosas, la tenacidad de recorrer un camino accidentado y la paciencia necesaria para aprender a amar profundamente y durante mucho tiempo. Pero el ego tiene tendencia e inclinación a evitar los aprendizajes. La paciencia no es lo suyo. Las relaciones duraderas no son el punto fuerte del Cuervo. Por consiguiente, no amamos a otra persona desde el ego perennemente cambiante sino desde el alma salvaje.”

 Lo único capaz de crear es el hecho de soltarse y de entregar el corazón, el gran tambor, el gran instrumento de la naturaleza salvaje. 

Así tiene que funcionar la relación amorosa, cada miembro de la pareja transformando al otro. La fuerza y el poder del uno se desenreda y se comparte. Él le entrega a ella el tambor del corazón. Ella le entrega a él el conocimiento de los ritmos y las emociones más complicadas que imaginar se pueda. Quién sabe qué cazarán juntos? Sólo sabemos que recibirán alimento hasta el final de sus días.