confesiones

Mujeres de Montevideo: Jimena

02 Jun 2021

Ferpectas

Cada vez que salimos a las calles de Montevideo en busca de historias de mujeres para compartir, volvemos con una sensación de plenitud y sorpresa. Nos llena de alegría encontrar tantas experiencias de vida enriquecedoras y poder compartirlas con ustedes. Aquí la historia de Jimena, o al menos parte de ella:

 

“La enfermedad de mi hermano nos unió mucho como familia. Limpió y redimensionó todo. Hay veces que la enfermedad te deja claro qué es lo importante: que estamos vivos y juntos. Los pequeños problemas por los cuales uno se preocupa todos los días pierden su importancia y su dimensión al lado de la salud.

Yo creo que la enfermedad aparece por algo. A veces por temas no resueltos, ya sean personales de quien se enferma o familiares. Mueve mucho, y creo que aparece por eso: para poder mover estructuras, limpiar. Así se convierte en una oportunidad para sanar.

Cuando se enfermó mi mamá y falleció fue uno de los momentos más difíciles de mi vida. Yo tenía 21 años, estaba en esa fase de hacerme mujer y me costó mucho. Pero también me conecté con otro mundo, empecé a descubrir cosas a través de la sanación y ahora siento que encontré mi camino.

Empecé a hacer constelaciones familiares y también me acerqué al camino indígena. Para mí la enfermedad y la ida de mi mamá fue un sacudón pero también me hizo despertar. Toqué fondo y estuve mal y sola bastante tiempo antes de empezar a sanar.

Encontrar este camino resignificó mi vida y cómo veo al mundo, a las personas, y el por qué estamos acá. Siento que todos tenemos una misión, y es que vinimos a aprender y a sanar. A su vez creo que tenemos una responsabilidad, porque a nivel transgeneracional hay muchas cargas. Es nuestra responsabilidad sanarnos, liberar esas cargas para que, eventualmente, el mundo que le dejamos a nuestros hijos y nietos pueda ser mejor. Porque de dolor, violencia, guerra y luchas de poder, ya está. Y creo que esto lo podemos lograr aportando lo que cada uno pueda con un verdadero compromiso y entrega. Entender esto cambió mi vida, porque ahora esa es mi misión. Y creo que siempre fue, solo que me tocaba vivir esto para despertar.

Yo soy la única hija mujer y la única nieta mujer, y justamente todas las cargas que tienen que ver con lo femenino en una sociedad patriarcal recaen sobre mí. Justo ayer fui a una constelación familiar donde trabajamos el tema de la pareja y me quedó claro que solo podemos cambiar esto juntos: hombres y mujeres. Porque ellos también han sufrido mucho sosteniendo esa idea del hombre fuerte, violento. Todo su mundo emocional, su capacidad de expresión y de amar queda bloqueada y realmente no fluye. De su lado también hay dolor.

Como mujer me hizo muy bien conectar con mi energía femenina, cíclica, y en armonía con los ciclos que están presentes en la naturaleza. Estoy teniendo un despertar en esto también. Durante mucho tiempo estuve alejada de mi ciclo porque tomaba anticonceptivos, que te anulan el ciclo. Y ahora ya no. También uso la copita menstrual que es alucinante: no contaminás, el cuerpo lo recibe bárbaro, y no gastás más. Estoy fascinada con descubrir mi ciclo, cómo se alinea con la luna y cómo cambia todo: en un momento me siento activa con mucha energía, después va bajando. ¡Es genial!

Ahora lo que siento es que me gustaría poder vivir todo lo que estoy viviendo, pero acompañada de un hombre que esté en contacto con su energía femenina también.

Creo que somos transformación si nos animamos a serlo, y por suerte hay muchas personas trabajando en su sanación. Yo creo que es un momento hermoso del mundo y lo digo después del dolor y la soledad que viví. Hoy agradezco haber encontrado las guías y personas mostraron que existe el amor.”