confesiones

Mujeres de Montevideo: Agustina

28 Mar 2016

Ferpectas

“Tuve muchos momentos felices en mi vida, pero cuando la rescaté a ella fue uno de los mejores. Yo quería adoptar un perro y estaba buscando en refugios, aunque a mi novio no le convencía el tema de los refugios. Yo soy del interior, de Artigas, y enfrente de mi casa había una perra que tuvo no sé cuántos cachorros. Y la elegí porque era chueca, de todos los cachorritos era la más chueca. Ahora la tengo hace 2 años y es una alegría en mi vida.

Se llama Berta. Lo propuso mi novio por el personaje de Two and a Half Men y quedó. Con mi novio estamos juntos hace 3 años y vivimos juntos. Trabajábamos en la misma oficina: éramos como 70 mujeres y 3 hombres. A fin de año, nos fuimos todos a un boliche como fiesta de fin de año. Ahí empezamos a charlar, y bueno, seguimos juntos.

Yo antes pensaba que tener un novio significaba siempre estar feliz. Quería un novio para salir juntos, ir al cine, compartir el día a día. Además, estaba cansada de salir con mis amigas de joda todos los fines de semana.

Pero en la convivencia empezás a ver un montón de cosas que no te gustan. Cada uno trae costumbres de su familia que no se da cuenta que están mal. Y hay que ir acomodando, negociando, para encontrar un equilibrio.

Yo soy depresiva y ansiosa, entonces me enojo fácilmente. Por suerte mi novio me tiene mucha paciencia. Yo nunca había hablado del tema con nadie porque si bien las amigas están, no está bueno siempre estar hablando de problemas personales. Y en la convivencia, salen cosas. Cuando uno vive con una amiga, a veces vos te calentás y es un día que o no salís o te encerrás y se te pasa. Pero cuando vivís en pareja es como ‘pará, ayer estabas matándote de risa y hoy estás así, ¿qué te pasó?’. En la depresión pasa eso. A veces es una mosca que vuela que ya te molestó y ya te pusiste mal. Entonces fue difícil porque él no sabía muchas cosas y tuvo que empezar a entenderlas sobre la marcha.

Llegué a quedarme 3 o 4 días acostada. Llamaba al trabajo y avisaba que no iba. Y claro, el perro sí o sí necesita comer, tomar agua, estar limpio, salir a pasear. El mismo perro te insiste. A veces yo no me quiero levantar y ella se queda tranquila hasta el mediodía. Ahora, en el momento que me levanto, va a la puerta y me pide que la saque. Cuidarla me hizo mucho bien. Por ejemplo, no estaba trabajando y mi novio me decía ‘te conseguís un trabajo y podés comprarle las cosas que querés a Berta’. Es una gran motivación.”