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La convivencia de niños con mascotas

18 May 2022

Tener una mascota en casa requiere de responsabilidad, compromiso y dedicación. Pero la realidad es que pueden terminar convirtiéndose en uno más de la familia. La mayoría de los niños, cuando son chiquitos, suelen pedirles a sus padres una mascota. Para salir a pasear, para jugar, o simplemente para disfrutar de un fiel compañero.

 

Cuando la familia se decide por incorporar a una mascota en la familia, la que sea, no debería pasar por alto el hecho de explicarles a los niños que los animales no son juguetes, sino que son seres que también requieren de nuestra atención, demandan una serie de cuidados y que tienen sus propias necesidades.

 

¿Qué beneficios trae la convivencia con mascotas?

La convivencia temprana con un cachorro, por ejemplo, puede ayudar al desarrollo de los niños a través de nuevas experiencias y nuevos desafíos. En la convivencia con un perro, los niños deben aprender a respetar sus horarios y sus momentos de alimentación o de descanso, más allá de las ganas que se tengan de jugar.

 

A través de esta experiencia, los niños pueden desarrollar su sentido de responsabilidad. Por ejemplo, al asignarles la tarea de mantener limpio el plato de comida o la tarea de participar en el baño de su mascota, se los impulsa a generar hábitos responsables.

 

 

En cuanto al perfil emocional, la relación que pueda llegar a establecer un niño con su mascota puede convertirse en un gran canal de aprendizaje sobre querer y ser querido. A través de su relación con la mascota los niños pueden comprender que, para que el animal responda de la misma manera, se lo debe tratar con amor, afecto y respeto. De esta manera, los niños pueden llegar a desarrollar mejor la comprensión de las necesidades de los demás.

 

Si hoy por hoy hay un único niño en casa, los celos que pueda sufrir el día en que llegue un hermanito serán más leves si contamos con la presencia de un miembro más en la familia. Una mascota en la familia también puede fortalecer los lazos entre hermanos, ya que aprenden a compartir los tiempos de juego, a realizar tareas en conjunto y a repartirse las responsabilidades.

 

Por último, tener un cachorro en casa puede ayudar a alivianar los momentos difíciles. Las mascotas logran percibir la tristeza de cada uno y saben cómo apoyar desde el silencio, en esos momentos donde lo único que se necesita es compañía.