cocina

Guiso de lentejas y osobuco especiado con canela, por Mery Bernardi

09 Jul 2021

La cocina tiene esa alquimia inexplicable donde todos los factores influyen y se conjugan para terminar dando un “algo”, que luego será nuestro alimento. Pero esa vivencia no es sólo nutricional. La cocina despierta todos nuestros sentidos, incluyendo la memoria, los recuerdos, las sensaciones que nos provocó alguna vez una comida específica, entre otras cosas. Nos recuerda familiares, amigos, momentos, situaciones y magia.

 

Comer es un acto sagrado que, aunque no seamos de conscientes de ello, nos va dejando marcas -y también podemos crearlas-. Podemos marcar y marcarnos a nosotros mismos con nuestros platos, porque no se trata de lo que cocinemos ni de cuán sofisticado sea, si no de CÓMO lo cocinemos. Si se hace con el amor a flor de piel, ya está. Aunque sea una tostada, esta tostada va a tener mi imprimación. Hagamonos de esta realidad y aprovechémosla porque una vez que la aplicas a tu vida, es un camino de ida.

 

Esta vez, cociné un guiso que inundó la casa de olor a hogar. Soy fan de los guisos en todas sus formas y presentaciones. Creo que es un plato excepcional el cual tiene TODO lo que una comida tiene que tener para alimentarnos y nutrirnos. Además me resultan deliciosos y reconfortantes. A este específicamente se me ocurrió ponerle canela y fue un éxito rotundo. Así que este invierno, ¡a ponerle el pecho al fresco y la otra mejilla al viento! Porque con este guiso, ¡no hay clima que te pare!

 

 

Receta:

– Poné en remojo 400 gr de lentejas.

 

– Por otro lado: 1 cebolla normal, 1 cebolla colorada, 1 diente de ajo grande. Pelá y picá estos tres ingredientes. Llevá a una olla grande con un chorrito de aceite. Dejá que doren las cebollas, salpimientá y agregá el ajo picado, sin el brote central. Cociná 1 minuto y corré todo para un costado. Poné apenas aceite y sellá la carne vuelta y vuelta. Condimentá con jengibre seco molido, comino, sal y pimienta (yo uso sal rosada del Himalaya, puede ser la que tengas).

 

– Elegí un pedazo de carne. Retirala de la olla y clavale 1/2 rama de canela, con cuidado. Devolvé la carne a la olla.

 

– Agregá 3 zanahorias peladas y cortadas en rodajas de 1/2 mm. Incorporá las lentejas escurridas y desglasá con un buen chorro de vino tinto.

 

– Cuando evapore el alcohol, agregá 1 lata de tomates perita y deshacelos ahí mismo. Agregale sal, pimienta y dos cucharaditas de azúcar rubia bien sobre el tomate.

 

– Mezclá todo y agregá agua hirviendo hasta tapar lo sólido y, si querés, algún caldo para realzar más el sabor.

 

– Tapá y dejá que se cocine a fuego medio por 2 horas. Si es necesario, agregá más agua en la mitad de la cocción. Las lentejas tienen que quedar tiernas y el guiso espeso. Ideal para mojar el pancito crocante.