cultura

Cuando nos olvidamos el porque, por Belu Mare

15 Dec 2017

Hoy empezamos con una historia (la verdad que no sé si es verdad o no) pero que cuando la leí me hizo entender y ver algunas cosas desde otro punto de vista. Primero se las cuento, resumida y con mis palabras y después van a ver a que quiero llegar.

A finales del año 1944 Japón era una amenaza para USA. Ese mismo año un soldado de la guardia imperial japonesa llamado Hiroo Onoda fue derivado a la isla Lubang en las Filipinas. Se fue con las siguientes órdenes: tratar de detener al ejército de Estados Unidos, pelear y aguantar todo lo posible y nunca pero nunca rendirse.

En 1945 Estados Unidos llega a la isla y arrasa con todo. En cuestión de semanas los soldados japoneses que no se habían ido de la isla, habían sido asesinados. El solado Onoda y otros tres compañeros corrieron a la selva y se escondieron ahí. Desde ahí empezaron una especie de ‘guerrilla’ contra USA y la población local de la forma que podían. Pero lo hacían.

Medio año después, USA tiró las bombas atómicas en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Japón se rindió. Pero más allá de eso, todavía habían muchos soldados perdidos por toda la zona o como Onoda, escondido en la jungla sin saber que la guerra había terminado.

El gobierno estadounidense tiro papeles por toda la zona avisando que la guerra había terminado. Onoda y sus hombres encontraron estos papeles, los leyeron pero no creyeron una sola palabra de ahí, ellos pensaban que era una estrategeia de USA para que salgan así los mataban.

5 años pasaron y la población de Lubang retomo su rutina pero ahí estaba Onoda matando a quienes pasaran por ahí. Matando a los granjeros, quemando las cosas, todo. El gobierno de Filipinas nuevamente lanzó  nuevos papeles avisando que realmente todo había terminado y los tiro en la jungla. Tampoco creyeron que eran verdad.

Siguieron pasando los años y la gente de Filipinas estaba cansada de esta situación. Se levantaron en armas y empezaron a atacar a Onoda y sus hombres. Estos, menos Onoda, se rindieron y a otros los mataron. Onoda quedó solo.

Por el año 1972, la noticia de esa ‘guerrilla’ en la jungla llegó a Japón. Todos pensaron que los últimos soldados de la guerra habían regresado hacia un tiempo atrás. Entonces se dieron cuenta que seguro había gente con vida ahí. Los japoneses y los filipinos se juntaron en busca de todos.

No encontraron nada.

Paso el tiempo y la historia de Onoda se transformó en una leyenda urbana. Unos lo querían, otros lo detestaban. Otros pensaban que era todo mentira.

Cuando paso todo esto, una persona llamada Norio Suzuki se interesó en la historia. Es más, se fanatizó con lo que se estaba diciendo. Suzuki era todo un personaje de esos aventureros, de esos libres. Mochilero, conocedor del mundo. Entonces le pareció una buena idea ir a esta jungla en busca de Onoda, esa persona que nadie podía encontrar. Fue la solución de su aburrimiento y problemas. Suzuki estaba seguro que él lo iba a encontrar.

Entonces viajó. Encontró a Onoda en 4 días. CUATRO DIAS.

Onoda estaba solo así que la compañía no le venía nada mal. Suzuki encantado de quedarse con él.

Cuando se encontraron S le pregunto a O porque se quedó y siguió peleando, lo cual este le respondió que había recibido la orden de hacerlo, de nunca rendirse, entonces se quedó ahí. Por 30 años siguió esa orden, ahí, trancado mientras que el mundo cambiada y avanzaba.

Después Onoda curiosamente le preguntó a Suzuki porque un joven aventurero fue quien vino a buscarlo y lo encontró. Lo cual este le respondió que se fue de Japón en busca de 3 cosas: Onoda, el oso panda y el hombre de nieve.

Estas dos personas estaban unidas persiguiendo dos versiones propias de gloria. Imaginándose que son héroes. Suzuki con el tiempo, después de haber encontrado el oso panda y a Onoda, moriría buscando al hombre de nieve.

A veces nosotros, los humanos, pasamos nuestra vida persiguiendo cosas destructivas o que no significan nada. Estos hombres eligieron como querían sufrir. Onoda decidió sufrir siendo leal para un imperio que ya no existía. Suzuki decidió sufrir por aventura. Para ambos significaba algo y por eso podían hacerlo y disfrutaban de eso.

Cuando Onoda volvió a Japón se convirtió en una celebridad. Iba a todos los programas, diarios, radios, todo. Pero se dio cuenta que volvió a un Japón que no era el mismo que por el que él peleaba. No era el Japón que había dejado aquel momento que se fue a la jungla. Era un Japón que le dio mucho miedo, avanzado, capitalista, superficial. Para él se habían perdido todas las tradiciones.

Onoda se puso muy triste, más triste que cualquier de esos días cuando estaba en la jungla. Al menos ahí su vida tenía un significado. Y ahí fue cuando se dio cuenta lo que estaba pasando: su pelea no tenía ningún significado. No estaba peleando por nada. El Japón por el cual estaba peleando en la jungla todos estos años ya no existía. Su pelea no cambiaba en nada.  Perdió 30 años de su vida.