vida sana

6 dietas para probar este invierno: ¡la cuarta te sorprenderá! Por Catatonias

30 Jun 2016

Catatonias Ferpectas

Si hay algo que aprendí en mi tiempo sobre esta bendita tierra es lo siguiente: cuánto más frío, más guiso. Y considerando que recién llegó el invierno y ya vamos como seis meses de frío, la cantidad de guiso que está recibiendo mi cuerpo ha llegado a niveles críticos. Eso, combinado con el hecho de que moverme implicaría salir de debajo de la frazada que uso para mirar Netflix en mi sillón, está comenzando a hacer estragos en mi cintura, caderas, la parte gordita de los brazos, cachetes y muslos. ¡Hasta parece que tengo culo ahora y todo!

Encima dicen que este invierno va a durar como seis meses más, por lo que seguramente sea hora de tomar acción. Así que, ¡manos a la obra! Primero, acerquemos la compu al lugarcito del sillón donde estamos y hagamos una lista de formas de bajar de peso en plena temporada de guiso. Lo importante es por dar el primer paso, ¿no?

1. Anotarse a una carrera universitaria

A las atentos lectoras que lean esto les quiero decir que sí; anotarse a una carrera universitaria nueva o simplemente ocuparse el día de tanto trabajo que no hay tiempo para comer es una excelente estrategia a corto plazo para perder peso. A mí me pasó este año. Sin embargo, es clave aquí enfocarse en la parte de “corto”: el estrés de tener demasiado para hacer suele terminar jugándote en contra y, a la larga, empezás a comerte las emociones. Y todos sabemos que las emociones son lo que más engorda.

2. Solo comprar comida saludable y de bajas calorías

¡Excelente idea! Te terminás de comer todo lo que hay en tu cocina y después lo reponés con toda la comida que termina en diminutivos: sopita, verdurita, frutita, pollito. Si no hay con qué tentarse no se come y listo, ¿no? Bueno, malas noticias: PedidosYA ahora acepta pagos con tarjeta dentro de la misma app. Me enteré un miércoles de noche cuando volví muerta de hambre de la facultad, dispuesta a comerme todas mis emociones y solo vi lechuguita y morroncito. Y considerando que ahora los expertos recomiendan empezar a ahorrar en morrones, no tenía opción verdaderamente.

3. Moverse

Ésta también es una gran idea pero les aviso que, por si no se habían dado cuenta, hace frío ahí afuera. Y eso de que una vez que entrás en calor se te va el frío es una gran mentira. El sudor también se congela.

4. Moverse en el lugar o de manera no convencional

Esto es genial si encima contás con alguna de esas pulseritas o relojes que te cuentan los pasos. Al principio funciona genial: ves que te faltan mil pasos para completar tu objetivo diario y te bajás una parada antes del bondi, subís por las escaleras, caminás en círculos en tu apartamento. El problema es que estos artefactos suelen funcionar a batería. Una batería que, como tal, tiende a tener que cargarse después de unos días. Y con la nueva carrera universitaria y las dobles cenas comiéndote tus emociones y el estrés, el subir y bajar a pedir comida de delivery… bueno, digamos que el otro día me di cuenta que no tenía puesta la pulserita y no la estaba usando. Hace un mes.

5. Dejar de tomar alcohol

Esta es SÚPER fácil y simple. Excepto que el invierno no es solo temporada de guisos sino también de vino tinto. ¿Y qué es lo que mejor va con Netflix, delivery, sillón y frazada un sábado de noche? Next.

6. Quererme como soy

¿Y qué si tengo algunos kilos de más? ¿Y qué si mi nueva droga de diseñador son los macarrones con queso? También tengo otra cosa: un sobretodo precioso y ochenta buzos, calzas, medias largas y remeras de manga larga para ocultar todo lo que el guiso no se llevó y esperar pacientemente al estrés de darse cuenta que se aproxima el verano. Y a que baje el precio del morrón, claro.