cultura

Variedades de Té: sus historias y sus propiedades

02 Sep 2020

Variedades de Té:

Para estos días de frío, ningún antídoto funciona mejor que una buena taza de té. Puede ser un té negro para cargarnos de energía por la mañana, un té verde o un té blanco para compartir con amigas por la tarde, o un té de hierbas para relajarnos cuando llegamos a casa después de un largo día de trabajo.

Compartimos con ustedes un poco de la ancestral historia del té, y los beneficios que puede aportarle a nuestro organismo.

Té Negro

La historia del té negro es un tanto incierta, pero pareciera ser que en China lo empezaron a conocer y disfrutar en el siglo XVI. El té negro tiene la mayor cantidad de cafeína de todos los tipos de té, con 40-60 mg (teniendo en cuenta que el café tiene 95 mg de cafeína), por lo que es el indicado para conseguir aquel impulso de energía que se necesita por la mañana.

Su color negro en las hebras se debe a que el té está totalmente fermentado y llegó a oxidarse durante su proceso de elaboración. Es por ello que el sabor del té negro resulta exuberante y ligeramente amargo.

Earl Gray y English Breakfast son sus dos variedades más conocidas. Para su preparación, se recomienda hervir el agua entre 90°-95° y dejar reposar el té de 3 a 5 minutos.

Hoy en día podemos encontrar algunas variantes de té negro con aditivos, así como: frutos rojos, rosas, cáscara de frutas, etc.

Té Verde

El té verde se conoció masivamente en China cerca del año 1400 y se cree que hasta ese entonces solamente lo consumía la gente de clase alta y más elitista. Por su sabor suave y fresco, hoy es disfrutado por todo el mundo y, además, contiene numerosos beneficios para la salud como su contribución a la pérdida de peso y al mantenimiento de niveles de energía estables (ya que contiene 25-35 mg de cafeína). Más específicamente, el té verde es beneficioso gracias a la “L-teanina”, un aminoácido que es capaz de generar una sensación de relajación natural en el cuerpo.

Su color verde se debe a que es un té sin fermentar y cuyo proceso de oxidación se interrumpe con aplicación de calor, mediante una técnica de secado que varía según el país de producción. Actualmente esta variedad de té se produce en China (secado al wok) y en algunas zonas de Japón (secado al vapor). Para prepararlo correctamente, se recomienda hervir el agua entre 80°-85° y dejar reposar el té de 2 a 4 minutos.

Al igual que el té negro, también se pueden encontrar variantes del té verde con aditivos como: flores de jazmín u orquídeas, cáscara de limón, entre otros.

Té Blanco

Se cree que el té blanco surgió durante la dinastía Tang en China entre los años 618 y 907. En sus comienzos, se consideraba como una exclusividad de la realeza, pero con el tiempo se fue haciendo más común y accesible. Actualmente es disfrutado por quienes aprecian su sabor suave, sutilmente dulce y delicado obtenido de hojas de té puras. Gracias a su bajo contenido de cafeína (10-15 mg), se puede disfrutar en cualquier momento el día.

Las hebras conservan su color blanco debido a que, durante su producción, el té se secó de forma totalmente natural, sin atravesar un proceso de fermentación ni oxidación.

En cuanto a su preparación, se recomienda hervir el agua entre 80°-85° y dejar reposar el té de 2 a 3 minutos.

Té Herbal

El té de hierbas no es sólo rico en sabor, sino también en nutrientes. El té y las hierbas se han consumido en China durante miles de años, por lo que para lograr el té de hierbas simplemente unieron ambas potencias. Hoy en día, esta variedad de té se realiza con frutos secos, hierbas y flores. Al ser una de las pocas variedades libre de cafeína, es elegido por muchos para consumir también en cualquier momento del día.

Para su correcta preparación, se recomienda hervir el agua a 95° y dejar reposar el té de 5 a 6 minutos.

Dentro del té herbal, se pueden encontrar infinitas opciones. Algunas de ellas son:

Manzanilla o Chamomile: ideal para aliviar el estrés, la ansiedad y los nervios. También contribuye a sanar los dolores de garganta y la indigestión.

Menta: además de su reconocido poder para mejorar el aliento, el té de menta ayuda a que los músculos del estómago se relajen, por lo que alivia la hinchazón y contribuye con la digestión.

Canela: la canela de por sí es un gran antioxidante, antiviral y antibacteriano. El té de canela puede mejorar el dolor de garganta y los síntomas de resfrío, como así también calmar la sensación de nauseas y ciertas molestias en el estómago.

Jengibre: un té de jengibre puede llegar a ser un potente antídoto para el resfrío y la tos. Además, este té es especial a la hora de reducir las náuseas, prevenir o tratar mareo, calmar el dolor de garganta y reducir la congestión.

Clavo de Olor: el té de clavo cuenta con propiedades antivirales, antiinflamatorias y antioxidantes.