vida sana

¿Por qué en invierno cuesta más levantarse temprano?

03 Jun 2021

Aquellas mañanas de frío en las que el despertador suena temprano para ir a trabajar, pareciera que las sábanas nos atrapan y no nos quieren dejar ir. Posponemos la alarma y la hacemos sonar cuatro veces antes de salir de la cama.

¿Dónde y cómo podemos encontrar la motivación para arrancar el día con energía?

 

Hay que tomar la valiente de decisión de levantarse porque, una vez que estamos fuera de la cama, ya deja de ser tan grave. 10 minutos más o 10 minutos menos, en realidad, no hacen la diferencia.

 

Ahora… ¿qué podemos hacer para que abandonar el confort de las sábanas no sea más leve?

 

Empecemos por la noche anterior, porque lo principal para madrugar sin protestar es haber descansado lo suficiente. Para ello, lo recomendable es cenar más o menos 1 hora antes de acostarse e intentar no comer cosas muy pesadas, para que nuestro cuerpo pueda realizar el proceso de digestión como corresponde y podamos descansar mejor.

 

Lo ideal es dejar de lado los elementos electrónicos justo antes de dormir. ¿Por qué? Estar prendidos al celular chequeando mails y respondiendo mensajes a última hora, no le permite a nuestra mente desenchufarse lo necesario para descansar correctamente.

 

Una buena alternativa podría ser meterse en la cama 1 hora antes de lo habitual y leer aquel libro que tenemos abandonado en la mesita de luz desde el verano.

 

Bien, ahora sí. Pasaron 7 u 8 horas de sueño y está sonando el despertador, es momento de levantarse. No vale apretar el botón que dice “posponer alarma”. Es verdad, asomamos un pie fuera del acolchado y pareciera que por poco se congela. Está calentito debajo de las sábanas… Pero, recordemos: una vez que estemos fuera de la cama, dejará de ser tan grave. 10 minutos no harán la diferencia. ¡Y en algún momento habrá que salir de ahí!

 

No es necesario levantarse corriendo, está bien que nos tomemos unos minutos de tranquilidad para despertarnos en paz y de a poquito ir encontrando esa motivación para arrancar. Abrir las persianas e ir dejando entrar la luz ayuda mucho, ya que mientras dormirmos el cuerpo segrega melatonina, la hormona del sueño, y la luz solar hace que esa producción se interrumpa. Así, el cuerpo comienza a despertarse casi sin que lo notemos, de una forma natural.

 

Una vez fuera de la cama, hay una cantidad de cosas que podemos hacer para explotar esa energía antes de salir de casa: música divertida que nos motive y una breve rutina de ejercicios pueden activar las endorfinas del organismo para comenzar el día con más alegría y con una mejor actitud para sobrellevar lo que se vendrá. No es necesario hacer la gran cosa, una simple rutina de 15 minutos, ya sea alguna práctica de elongación o respiración de yoga o ejercicios musculares.

 

Luego, hay que tener en cuenta que después de largas horas de sueño, el cuerpo necesita recuperar nutrientes, por eso es muy importante tomarse el tiempo para preparar un buen desayuno nutritivo. Mientras desayunamos, podemos ir organizando mentalmente las actividades que se vendrán en el correr del día e ir repasando nuestros compromisos.

 

Por último, un buen baño caliente puede dar el toque final para salir de casa renovadas, descansadas y, por sobre todo, motivadas para arrancar el día con la energía que se necesita, de principio a fin.