hacelo vos misma

¿Podemos crear una rutina extraordinaria?

08 Oct 2020

Convertir la rutina en algo extraordinario

¿A quién no le pasó? De pronto la vida se vuelve demasiado predecible, los días comienzan a parecerse y se prende la famosa lamparita que nos dice que tenemos que hacer un cambio drástico y ¡YA! Si bien hay quienes se sienten a gusto con una vida rutinaria, lo cierto es que la mayoría de las personas la padecen tarde o temprano.

Pero, antes de largar todo, ¿por qué no preguntarnos cómo podemos traer lo extraordinario a nuestra rutina? Muchas de las grandes alegrías de la vida están en los pequeños detalles: el olor que nos recuerda a una receta de la abuela, la canción que nos transporta a nuestro primer beso, la sensación de una cálida brisa de verano… Quizá lo que nos resulta más tedioso de la rutina es el hecho de que, poco a poco, dejamos de prestar atención a la magia que nos rodea.  Es cierto que, a veces, ir en busca de nuevas experiencias y cambiar de aire es una vía rápida para volver a conectar con ella. Pero, ¿por qué no empezar por buscarla casa?

Transformar nuestras tareas diarias en rituales significativos

Hay muchísimas cosas que hacemos a diario, semanalmente, mensualmente o anualmente, casi de modo mecánico. Al poner la atención en pequeños detalles que hacen a las tareas del día a día, podemos empezar a disfrutar más de aquellos actos que repetimos un sinfín de veces a lo largo de nuestra vida.

Si pensamos que gran parte de nuestra vida consiste en estas pequeñas rutinas, convertirlas en pequeños rituales es una gran forma de vivir más plenamente el día a día. Podemos agregar una sensación de placer y belleza a cada uno de estos actos. La forma en que manejamos los detalles de una comida, un baño o hasta pagar las cuentas, puede converitr algo mundano y ordinario en algo extraordinario.  

¿Cómo hacerlo?

Mimá tus sentidos. Recordá que un simple baño puede convertirse en un pequeño día de spa agregando aromas (cortar rodajas de limón o cáscara de naranja para poner en la bañera) y sonidos (tomarnos el tiempo de elegir música que nos ayude a relajarnos o inspirarnos). Una mesa de comedor cambia totalmente colocando un florero con flores coloridas para alegrar nuestro día y una mesa de luz se convierte en un oasis cuando la equipamos de elementos para mimarnos (una crema para masajearte los pies antes de dormir, óleo 31 para frotar en tus manos y olerlo, etc.)

Establecé un orden. Si bien es cierto que algunos grandes placeres -como los que describimos antes- no requieren de grandes planes, hay otros que sí exigen que planeemos con antelación. Por ejemplo, si queremos irnos de viaje, seguramente tendremos que pensar en cuánto tenemos que ahorrar para que sea posible, establecer una fecha y orientarnos hacia ese objetivo. Lo mismo sucede con cocinar en casa. Una vez que le agarramos la mano se vuelve algo natural pero, hasta entonces, es necesario que nos organicemos para hacer las compras, armemos un menú a modo de ejemplo y nos pongamos metas alcanzables. Estas pequeñas estructuras, que no son para nada difíciles de incorporar, nos pueden acercar muchísimo a vida extraordinaria que anhelamos.